VIRGINIA WOLF. El cine y la realidad (1926)
«Hay quien dice que en nosotros ha muerto definitivamente el salvaje, que no encontramos en la etapa final de la civilización, que todo está ya dicho y que es demasiado tarde para ser ambicioso. Pero es probable que estos filósofos se olvidan del cine. Nunca he visto los salvajes del siglo veinte en el cine. Nunca se han enviado a los ojos frente a la pantalla para reflexionar que, un pesar de tapar con vestidos y pisar sobre alfombras, no es demasiada la distancia que separa de esos hombres desnudos de ojos brillantes que hacían entrechocar de las barras de hierro y escuchaban en el Estruendo una anticipación de la música de Mozart. Naturalmente, en nuestro caso, las barras son tan elaboradas y llevan tanta materia extraña añadida que es enormemente difícil oír nada con claridad. »
HL MENCKEN (1927). Apuntes sobre técnica
«Después de hacer últimamente, tras un prolongado intervalo, dos intentos de ir al cine, solo puedo declarar que el llamado arte cinematográfico sigue escapándoseme. En todas las ocasiones me produjo el rechazo del bajo contenido intelectual de las películas que se exhiben. Por una parte, soy todo menos un intelectual en mis gustos, y por otras partes las películas que vi no eran exageradamente pobres en ese sentido. Las ideas de que hacían gala eran ni más ni menos que las ideas vulgares y familiares de las nueve décimas partes inferiores de la humanidad. »
JACK LONDON (1915) El mensaje del cine
«Las mentes más grandes han transmitido sus mensajes por medio de libros o de obras teatrales. El cine en la pantalla, que todos pueden leer, comprender y disfrutar. Los placeres del teatro ya no son reservados solo a los ricos. Por unas cuantas monedas, el pobre asiste, con su familia, a la representación de las mejores obras y en su más selecta puesta en escena. Actores y actrices de fama mundial se mueven, incluso hablan, para ellos en la pantalla. «
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