Gloria Saló (directora del Título Superior de Showrunner CEU)
Saló, G. “Showrunner”, en Vilches, L. (2021) Diccionario de teorías narrativas 2. Narratología, cine, medios, videojuego. Caligrama. Penguin Random House.

El término showrunner designa en la industria televisiva al máximo responsable de un proyecto de serie de ficción, el que marca el tono y define estrategias, además de mantener la coherencia del show de un modo transversal, no solo a través de sus contenidos, sino de los diferentes elementos artísticos y técnicos que forman parte del show, siendo además su máximo responsable ante la cadena que lo emite. El trabajo de showrunner es uno de los más complejos en la industria televisiva de entretenimiento, es el jefe de los guionistas y la mayoría de las veces el creador de la serie, además del responsable de la producción. Sus funciones se desarrollan entre el arte y el negocio y dirigen tanto los aspectos creativos como los financieros y logísticos necesarios para llevar a cabo la serie de ficción.
Cuando se habla de showrunner, generalmente se identifica con la figura de un guionista, pero no siempre es un guionista el que asume estas funciones, ya que lo fundamental es que sea una persona creativa, proceda del ámbito del guion o de la producción, de la dirección e incluso del periodístico.
Origen y consolidación de la figura de showrunner
El concepto de showrunner como un escritor responsable general de una producción de ficción de televisión, empezó a gestarse en la televisión norteamericana en la década de los 80 si bien en aquel entonces los creadores y guionistas que eran los máximos responsables de las series, tenían el rol de productores ejecutivos, aunque realizaran labores de showrunner. Profesionales como Steven Bochco creador de Hill Street Blues (1981), Glen y Les Charles creadores junto a James Burrows de la serie Cheers (1982), gozaban del éxito y disfrutaban del prestigio de sus series, lo que les proporcionaba libertad creativa y control sobre la producción. Más tarde llegarían Seinfield (1989), en la que el propio actor junto a Larry David escribió la serie de la que David fue responsable hasta la séptima temporada, asumiendo las responsabilidades Jerry Seinfield, y Friends (1994) de Marta Kauffman y David Crame, creadores y showrunners en las tres primeras temporadas. En ambas series el casting se convirtió en un elemento decisivo del éxito de la serie. También fue de gran importancia el elenco estable en The West Wing (1999) de Aaron Sorkin, aunque en este caso su creador y guionista se consideraba un escritor y decía no tener tiempo para ocuparse del control de presupuesto, ya que escribía todos los capítulos de la serie, asesorado por un amplio grupo de profesionales de la política.
Los creadores-guionistas norteamericanos fueron perdiendo su influencia en los inicios de la década del 2000 a favor de los productores y dejaron de ser dueños de sus creaciones perdiendo el control directo de los contenidos. Como consecuencia de la situación de los creadores, en el año 2007 se produjo la huelga de guionistas en Estados Unidos que paralizó la producción de series de ficción, y en su columna de opinión sobre la huelga, Scott Collins de Los Ángeles Times describía a los showrunners como un “híbrido entre starry-eyed artist and tought-as-nails jefe de operaciones. No es solo un escritor, no son solo productores. Ellos contratan y despiden escritores y equipo, desarrollan las tramas, escriben guiones, seleccionan actores, hacen presupuestos (piensan) y son el contacto entre la grabación y la cadena. Es uno de los más inusuales y demandados trabajos en el mundo del entretenimiento. Los showrunners hacen y crean el show”. Ese mismo año 2007 la Writers Guild of Canada incluyó la categoría de showrunner en sus premios anuales, llamando la atención sobre el papel de la escritura como componente esencial del trabajo de showrunner en las producciones de ficción canadienses.

Los creadores-guionistas recuperaron su protagonismo y también su mayor responsabilidad al asumir el trabajo de convertirse en la figura central sobre la que gira toda la serie, desde los aspectos creativos a los de gestión y producción. Los showrunners se convierten en una estrella más del show y su sello se convierte (casi siempre) en garantía de éxito, como es el caso de JJ Abrams con Lost (2004) o Shonda Rhimes creadora de series con protagonistas femeninas que triunfan en medio mundo como Grey’s Anatomy (2005), Scandal (2012) o How to get away with murder? (2014). El salto internacional de la ficción española ha venido de la mano de showrunners como Javier Olivares (El Ministerio del Tiempo), Alex Pina (La casa de papel) o Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés (Gran Hotel).
Controlar la producción de la serie desde la idea original hasta la entrega de cada episodio a la cadena, sería el “arco dramático” a desarrollar por parte del showrunner. En una jornada cualquiera se puede trabajar en cinco episodios que se encuentran en diferentes momentos de producción: supervisar el 15 en edición, acudir a la grabación del 16, hacer el casting del 17, escribir el guion del 18 y esbozar la historia del 19. Mientras, debe controlar el presupuesto, aprobar localizaciones y vestuario, además de leer las notas de la cadena respecto a episodios entregados y revisados. Sin duda alguna la producción del cualquier show de televisión solo se puede llevar a cabo con un equipo, pero también debe hablar con una única voz, y esa es la del showrunner que no puede delegar responsabilidades, es el que decide lo que se va a hacer, el que resuelve las dudas y da las respuestas.
Showrunner en todos los procesos de la producción
El trabajo de showrunner es uno de los más complejos en la industria televisiva de entretenimiento, por trascender y atravesar los ámbitos de la creación, el guion, la gestión y la organización de todos los procesos de la producción de una serie de ficción. Da continuidad no sólo a los contenidos y al tono de las series, sino que también da continuidad a los procesos de trabajo con la coordinación de los diferentes equipos que forman parte de su producción.
Si bien su procedencia principal deriva del ámbito del guion, puede también devenir del ámbito de la producción, pues en realidad su elemento crucial es el aspecto creativo y la preocupación productiva. Puede ser un guionista con una visión general sobre la producción o un productor con espíritu creativo. El showrunner es alguien que aúna sensatez y sensibilidad, que en términos de la producción de series de ficción sería el equivalente a producción y guion.
El showrunner es un productor ejecutivo creativo que imprime su marca personal en las series de ficción, lo que vuelve a poner de relieve el controvertido tema sobre la autoría en un medio de creación colectivo y con intervenciones empresariales significantes. Esto es mayor en el medio televisivo que en el cinematográfico, donde la parte creativa del guion es asumida por equipos de guionistas, complementada visualmente por la figura del director y condicionada en la parte productiva, no sólo por la productora sino también por la cadena. Para resolver esta ecuación compleja, creativo-productiva, hace falta una figura igualmente compleja, la del showrunner.
Es una figura que desarrolla su actividad en el ámbito de los estudios en Estados Unidos y de las productoras independientes en Europa, no en el de las cadenas televisivas. En el mundo anglosajón goza del reconocimiento y autoridad que su desempeño le confiere, siendo una reivindicación de los creativos en el panorama televisivo español. Se hace necesario el reconocimiento a esta figura debido a que el productor ejecutivo, con el paso del tiempo, se ha ligado a un amplio rango de profesionales de procedencia diversa que han desvirtuado el término, perdiendo credibilidad y sobre todo responsabilidad del control creativo.
Si la ficción televisiva es un género que diluye las fronteras entre la creación y la producción, el showrunner es la figura perfecta que aúna ambas facetas hasta fundirlas convenientemente en una producción creativa.
La formación como Showrunner es el resultado de una larga trayectoria profesional en la que el conocimiento de todos los ámbitos creativos que configuran una producción es fundamental para poder tener la visión de conjunto que se debe tener. No cabe duda de que conocer el valor de los recursos propicia un mejor aprovechamiento de éstos, por lo que la capacitación de los futuros profesionales llamados a realizar las funciones de Showrunner se convierte en un reto que asumir.
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